Errores en el cuidado de las llantas pueden poner en riesgo la seguridad, elevar los costos y reducir la durabilidad del vehículo, pero con buenas prácticas es posible evitarlos y ganar tranquilidad.
Con el fin de sacar el máximo provecho a las prestaciones de los “zapatos” de tu carro, Bridgestone, líder global en llantas premium y soluciones de movilidad sostenible, te recuerda los siete errores más frecuentes en su cuidado y cómo evitarlos.

ERRORES EN EL CUIDADO DE LAS LLANTAS Y CÓMO EVITARLOS
Revisar presión, rotación, alineación, balanceo, estado físico y edad de las llantas, incluyendo la de repuesto, constituye un plan mínimo de mantenimiento. Estos controles regulares pueden evitar problemas graves y ahorros innecesarios, además de garantizar seguridad vial.
1. PRESIÓN INCORRECTA
El primer gran error en el cuidado de las llantas suele ser ignorar la presión adecuada. Circular con menos presión genera mayor desgaste en los hombros, degradación prematura, peor eficiencia de combustible y riesgo de pinchazos; con más presión se reduce la adhesión y se desgasta el centro de la banda. La recomendación: medir la presión en frío una vez al mes o antes de viajes largos, usando un manómetro confiable o en talleres especializados.

2. NO ROTAR LAS LLANTAS
Las llantas delanteras y traseras se desgastan de forma distinta. Al no rotarlas periódicamente —cada 8 000–10 000 km según Bridgestone— se acorta su vida útil y se desequilibra el comportamiento del vehículo. La rotación regular asegura un desgaste uniforme y mayor seguridad en carretera.
3. DESGASTE EXCESIVO O IRREGULAR
Se debe verificar que la profundidad de la banda no sea inferior a 1,6 mm, el límite legal marcado por indicadores visibles en la llanta. Además, un desgaste irregular en hombros indica problemas de alineación, balanceo o suspensión defectuosa. Detectar estos patrones a tiempo permite actuar antes de que la seguridad decaiga.

4. ALINEACIÓN Y BALANCEO DEFECTUOSOS
La alineación de ejes, el paralelismo y el balanceo correcto son claves para evitar vibraciones, desviaciones del volante y desgaste prematuro. Se recomienda realizar la alineación al cambiar llantas, rotarlas o cada 15 000–20 000 km. Esta acción mejora la conducción y prolonga la vida del conjunto neumático–rueda.
5. LLANTAS DEFORMADAS O DAÑADAS
Golpes contra bordillos o baches pueden provocar deformaciones, cortes o daños en la carcasa, comprometiendo la integridad de las llantas. Es crucial inspeccionarlas visualmente y consultar a un profesional si se detectan daños. Además, nunca mezclar llantas de distinto desgaste en un mismo eje.

6. LLANTAS ENVEJECIDAS
Aunque tengan dibujo, las llantas envejecen: exposición a sol, ozono, temperatura y uso provocan grietas y pérdida de elasticidad. Se recomienda inspección mensual y revisión anual a partir del quinto año; al cumplir 10 años, sustitúyelas, incluso si parecen nuevas. La fecha de fabricación la indica el código DOT en el costado (ej: 1024 = semana 10 de 2024).
7. LLANTA DE REPUESTO OLVIDADA
El gran olvidado: la llanta de repuesto o kit antipinchazos. Debe estar en perfecto estado y bien inflada, lista para ser usada en emergencias.

CONSEJOS EXTRAS PARA UN CUIDADO PROFESIONAL
- Utilizar un medidor de presión fiable, idealmente digital o analógico, evitando puntas de aire públicas mal calibradas.
- Al inflar, hacerlo gradualmente, verificando la lectura.
- En vehículos con tracción delantera, trasera o 4×4, la rotación debe adaptarse: cruzada o unida según el tipo de tracción.
- Tras reemplazos, daños o depósitos altos, llevar el auto al taller para una alineación y balanceo profesional.
