Durante casi 60 años, el Porsche 911 ha sido llevado al límite en las pistas y carreteras más exigentes del mundo. Sin embargo, un nuevo desafío ha sido escrito en su icónica historia: dos versiones experimentales del 911 fueron sometidas a una prueba en uno de los entornos más duros del planeta, el volcán Ojos del Salado en Chile. Este coloso, el volcán más alto del mundo, fue el escenario donde el 911 demostró su capacidad para enfrentar terrenos donde ni siquiera hay carreteras, el aire es escaso y las temperaturas alcanzan los -30 grados centígrados.
PORSCHE 911: EL DESAFÍO DEL OJOS DEL SALADO
Un equipo liderado por el piloto de resistencia y aventurero Romain Dumas decidió explorar los límites del Porsche 911 en las escarpadas laderas del volcán chileno. A lo largo de la primera prueba, el equipo logró llevar al 911 hasta una altitud de 6.007 metros, convirtiéndolo en uno de los pocos vehículos en la historia en superar los 6.000 metros sobre el nivel del mar. Con Dumas al volante, el auto enfrentó pendientes pronunciadas y zonas de hielo, demostrando su resistencia y capacidad técnica a pesar de las extremas condiciones.
TESTIMONIOS DE LA HAZAÑA: EL PODER DEL PORSCHE 911
El propio Romain Dumas, líder del equipo, expresó su emoción tras completar el desafío: «Fue un momento verdaderamente memorable y especial en un lugar que es hermoso y brutal al mismo tiempo. El Porsche 911 demostró ser resistente y ágil, siempre comportándose como en casa a pesar de la exigencia extrema». Dumas destacó que, a pesar de los muros infranqueables de nieve y hielo, el equipo logró superar los 6.000 metros, quedando a la espera de más aventuras como esta en el futuro.
TECNOLOGÍA Y EQUIPAMIENTO DEL PORSCHE 911
La base del modelo utilizado en esta aventura fue el Porsche 911 (992) Carrera 4S, un deportivo con motor bóxer de seis cilindros turboalimentado que produce 443 caballos de potencia y cuenta con una transmisión manual de siete marchas. Este vehículo fue modificado específicamente para enfrentar las condiciones extremas de la montaña, comenzando por la instalación de barras antivuelco, asientos de fibra de carbono y arneses para cumplir con los requisitos de seguridad.
Los ingenieros de Porsche añadieron ejes tipo ‘portal’ que elevaron la distancia al suelo a 350 mm, permitiendo una mejor maniobrabilidad sobre el terreno agreste. El auto también fue equipado con neumáticos todoterreno y una protección especial de los bajos hecha de fibra de aramida, un material extremadamente resistente que resbala sobre las rocas.
INNOVACIONES DEPORTIVAS ADAPTADAS A LA MONTAÑA
Entre las innovaciones más destacadas está el Porsche Warp-Connecter, un dispositivo desarrollado originalmente para carreras que permite mantener una carga constante en las ruedas incluso cuando el chasis está bajo torsión extrema. Este sistema, junto con bloqueos de diferencial manuales y un avanzado sistema de dirección por cable, aseguraron que el 911 mantuviera su tracción incluso en las condiciones más adversas.
Otra mejora significativa fue el cabrestante frontal, diseñado para superar obstáculos, así como un rediseño de la carrocería que permitió mayor espacio para los neumáticos todoterreno de 310 mm de ancho. El sistema de refrigeración también fue reposicionado para proteger el vehículo en terrenos irregulares.
EL FUTURO DE LAS AVENTURAS EXTREMAS DE PORSCHE
Frank-Steffen Walliser, vicepresidente de Arquitectura Completa de Vehículos de Porsche AG, confió este proyecto a Michael Rösler, ingeniero responsable del Porsche 911. Rösler expresó: «Fue mágico construir un 911 como nunca se había visto. Este proyecto cambia nuestro enfoque hacia territorios inexplorados, y hemos demostrado que el auto puede rendir en el ambiente más duro del planeta».
El equipo no sólo enfrentó el reto con éxito, sino que abrieron la puerta para futuras expediciones similares. Walliser destacó que la curiosidad por explorar nuevos límites es parte del ADN de Porsche, y que este proyecto es una prueba de la capacidad de la marca para seguir inspirando a través de la innovación y el rendimiento.