El TC 2000 Colombia es uno de los campeonatos más importantes en la historia del automovilismo local y tras 20 años de actividades, se encuentra ad-portas de su carrera número 1000. Un logro destacable que quizá ni su propio creador se imaginó con alcanzar algún día, aunque posiblemente en lo más profundo de su ser siempre estuvo ese sueño motivado por la pasión.
Para conmemorar este importante hito, decidimos repasar los inicios, la historia, los momentos más destacados y otros aspectos importantes en la trayectoria del TC 2000 en Colombia. Un proyecto que gracias al esfuerzo de muchas personas se transformó en una estructura deportiva que hoy cuenta con cinco categorías, permitiendo a muchos aficionados al automovilismo deportivo, tener la posibilidad de correr en una pista de carreras.
Tal vez esa es una de las claves del éxito de este campeonato, pues le ha dado la posibilidad a muchos pilotos y nuevos talentos de disfrutar la pasión del automovilismo. Sin embargo, esto también ha llevado a que grandes nombres de la industria automotriz se hayan involucrado de forma directa e indirecta en alguna de las categorías que hoy forman parte del torneo.
TC 2000 COLOMBIA: DESDE LA LÍNEA DE PARTIDA
Para entender cómo ha sido todo ese proceso a lo largo de estos 20 años, tuvimos la oportunidad de conversar con su creador, con Ricardo Soler, alma, corazón y nervio de esta competencia y director general del TC 2000 Colombia, quien, de paso, nos dio una idea sobre el panorama del automovilismo local hace dos décadas, lo que precisamente nos ayuda a entender su importante labor.
A finales de los años 90 Juan Pablo Montoya ya era una estrella de talla mundial, con sus destacadas actuaciones en la Fórmula 3 y CART. Sin embargo, en el plano local, las carreras de autos no tenían la misma “fuerza” y los pocos torneos existentes apenas duraban dos o tres temporadas antes de sucumbir ante la falta de participantes, patrocinios y otros factores que obligaban a “apagar los motores”.
Era evidente que hacía falta una categoría que permitiera llenar la brecha entre las carreras con autos de calle y las competencias de nivel profesional organizadas por el Club Los Tortugas, hoy reunidas bajo el Campeonato Nacional de Automovilismo. Ante esta oportunidad, Soler vio la posibilidad de desarrollar un nuevo proyecto para el automovilismo local, con un reglamento y características totalmente inéditas.
IDEA INNOVADORA
No se trataba de “inventar la rueda”, pero sí de hacer totalmente diferente a lo visto hasta entonces en el país. Gracias a su oficio como periodista deportivo, tuvo acceso de primera mano a la organización y reglamentos técnicos de varios torneos de automovilismo a nivel global, reuniendo ideas sobre lo que debería ser y lo que no. Al final, la inspiración para el nuevo proyecto la encontró en Argentina.
Allí el automovilismo tiene una historia de larga data, con categorías tan reconocidas como el famoso “Turismo Carretera”, el TC 2000 y el TN o “Turismo Nacional”. Esta última, particularmente su Clase 3, fue la clave para darle forma al reglamento que tendría el futuro TC 2000 Colombia. Y no solo desde lo técnico, sino también en el mismo “espíritu competitivo” que tendría el nuevo campeonato.
Mientras todo esto sucedía, llegamos al siglo XXI y con ello, el paso de Montoya a la Fórmula Uno. Eso despertó el interés de muchos observadores internacionales, que al ver que un piloto nuestro llegaba a la categoría reina del automovilismo, imaginaban que en el país teníamos una impresionante estructura deportiva para formar nuevos talentos al volante. Sin embargo, la realidad era bien distinta.
“VERDE, VERDE, VERDE”
Durante ese tiempo, las carreras de autos de calle cada vez tenían más y más acogida en el Autódromo de Tocancipá. Se trataba de entusiastas que querían exigir sus “fierros” en un escenario con las condiciones idóneas para alcanzar altas velocidades. Eso fue determinante para evidenciar que en realidad existía un interés de los participantes y surgió la idea de llevarlos a un plano más profesional.
Sin embargo, todo camino tiene su tropiezo y hubo ciertas reticencias por parte de varios actores del automovilismo local. Para completar, alguien tuvo la “brillante idea” de mezclar estos autos con los bólidos de preparación profesional en una misma carrera, con resultados catastróficos. Era claro y evidente que, aunque la futura categoría iba a ser de velocidad, no podía compartir el mismo escenario.
Así, tras estas experiencias y con reglamento en mano, Soler le propuso a la Federación Colombiana de Automovilismo Deportivo (FCAD) la creación del nuevo campeonato TC 2000 Colombia. Como suele pasar con todo proyecto, inicialmente no hubo mucho entusiasmo por parte de las autoridades deportivas, más cuando se determinó que las carreras se harían de manera independiente.
Sin embargo, tuvo “bandera verde” y llegó el momento de organizar la primera temporada. En ese momento se buscaron diversos apoyos para desarrollar el campeonato, con valiosos aportes por parte de Goodyear, Shell y hasta el mismo Autódromo de Tocancipá. Todo esto ayudó a hacer realidad un proyecto que llevaba muchos años en gestación, motivado por esa pasión por el automovilismo.
TC 2000 COLOMBIA; NACE PARA FOMENTAR
Así, el 28 de agosto de 2014 se celebró la carrera inaugural del TC 2000 Colombia. Participaron 16 autos, a los cuales se les subsidia el costo de inscripción para motivarlos y así fomentar la participación en el naciente campeonato. Este se desarrolló entre los meses de agosto y noviembre de ese año, con carreras durante los sábados, a fin de no cruzarse con otras actividades deportivas.
Desde el primer día quedó claro que el objetivo era “correr por honor” y aunque los ganadores siempre han recibido trofeos y premios, estos nunca han sido dinero, para que no sea el principal motivador de competir. A su vez, la preparación técnica de los autos está enfocada a sacar el máximo provecho de sus componentes originales. Así, se promueve la habilidad y el talento de los pilotos.
La idea es que el carro que está en la pista sea idéntico al de las vitrinas. Por eso no se aceptan componentes construidos especialmente para carreras. Tampoco modificaciones en el chasis, ni en la carrocería, sobre todo aerodinámicas. Inclusive, los autos compiten con llantas radiales y en ningún caso pueden tener un motor que supere los 2.000 centímetros cúbicos o los 190 caballos de potencia.
REGLAMENTACIÓN ESPECIAL
El campeonato no admite tecnologías como el turbo o la inyección directa, pero si es posible hacer modificaciones internas al motor (bielas, cigüeñal, culata, sistema de escape) a fin de “exprimir” su máximo rendimiento. También se pueden hacer ajustes en la transmisión y en general, la idea es hacer uso de los componentes de consumo masivo, incluidos frenos, líquidos y lubricantes.
Todo esto, grosso modo, es lo que define un auto preparado para el TC 2000 Colombia, que se puede inscribir en alguna de las cinco categorías existentes: TC 2000, TC Junior, TC Clase A, TC Clase B y TC Clase C. Siempre se ha procurado mantener un bajo costo de inscripción y también una preparación sencilla cuya premisa es la confiabilidad y seguridad, antes que la velocidad en pista.
Gracias a este esquema, el TC 2000 Colombia ha crecido y evolucionado hasta convertirse en el campeonato con mayor relevancia a nivel nacional y uno de los pocos con una larga trayectoria local. Así se ha construido una emocionante historia que dentro de pocos días verá caer la “bandera a cuadros” de su carrera número 1.000, todo un hito para su creador, organizadores y participantes.
Espera nuestra segunda entrega del TC 2000 Colombia, una competencia avalada por la Federación Colombiana de Automovilismo Deportivo (FCAD), que fomenta el automovilismo deportivo con altura y lanza nuevos pilotos a las pistas del mundo. (Texto: Santiago Álvarez)